Muerte de Patroclo



Texto: Diego – Fotos: Horacio

Ahí está! Patroclo está tirado en el suelo!, con la armadura color Plata como única ropa, debe ser incómoda si uno se excita.
-Patroclo! estás herido?
No! todavía respira, mueve la mano para que me acerque. “Desvestime que no puedo más” me dice.
Sí Patroclo! Ya te saco el Peto que cubre tu dorado y peludo pecho, y las botas de lata que cubrían tus piernas largas y peludas, un poco raspadas por la batalla. Dejá que lama tus heridas.
Patroclo me dice “Sacame el calzoncillo éste de lata que no puedo más”.
Pobre Patroclo! está casi muerto! Le saco lo que parece un boxer de castidad de la guerra de Troya.
-Patroclo, qué transpiradas las tenés!
“Haceme un favor”, me dice Patroclo, “sacame el sudor de las bolas con la lengua, ho…”.
Patroclo, resistí! resistí! Le hago el último favor a mi amigo gran Patroclo, le chupo los huevos, los costados, la pija, estaba muertecita y empezó a levantarse. Patroclo! mirá Patroclo!
“Ahora dame aliento de vida, a lo mejor tengo una oportunidad” me dice en un débil susurro el débil Patroclo mi amigo gran.
-Pero qué hago! qué hago! dónde soplo?
“Acá boludo”, me abraza la nuca con sus grandes manos y me empuja la boca sobre su pija haciendo que me la trague. Me quiero zafar pero no puedo, Patroclo está haciendo mucha fuerza, debe estar mejorando.
Le muerdo y me suelta.
-Solo quería decirte que ya entendí, vos querés que me morfe tu pija.
“Sííí..”, y me vuelve a agarrar de la nuca. Yo lo chupo con gusto, es una pija preciosa, con un sabor a Cepita naranja mezcla con grasa de carburador y leche de pepinos. Salta su leche en mi boca, su leche vital me la entrega toda y empieza a gemir, se retuerce,cierra los ojos. Me zafo de nuevo.
-Patroclo! Patroclo! estás bien? Tengo algo de tu leche vital en mi boca, me tragué una poca.
“Dámela”.
Lo beso y me succiona todo desesperado.
“Dame más”
Me agarra de los pelos y me lleva a su pija, hay unas gotas que bebo y me vuelve a llevar hasta su cara para que le dé en la boca esas gotas de vida. Me abraza tan fuerte y me besa tan fuerte que me quedo sin aire. La mano de Patroclo se mete debajo de mi maya de cuero de conejo que es lo único que uso cuando estamos en guerra, busca el hoyo de mi culo y lo manosea todo.
-Patroclo, casi estoy sin aliento…
“Ahora te voy a bombear yo aliento de vida a tu cuerpecito”, me dice mi gran Patroclo amigo. Me da vuelta en el aire y me empoma su verga en mi culo.
-Ay! Patroclo, ay! Ahora sé porque sos mi gran amigo, tenés un tremendo amigo entre las piernas.
Y galopando en mi culo mi amigo gran Patroclo me hizo estar más vivo que nunca y me cogió y cogió para que tenga, guarde y reparta.

One Response to “Muerte de Patroclo”

  1. Anonymous Says:

    Este cuento es lo más, me encanta. No me canso de leerlo. Vuelvo una y otra vez. Gracias por las fotos.
    Diego López

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